La Fundación Carlos Casares nació el 15 de julio de 2002 por iniciativa de la familia y amigos del escritor, apenas cuatro meses después de su inesperado fallecimiento, animada por el mismo espíritu que inspiró la vida y la obra del escritor. Nació con la pretensión de constituir una instancia para la reflexión sobre la sociedad y la cultura que nos ha tocado vivir y con el propósito de mantenerse siempre al servicio de Galicia y de una convivencia democrática basada en el pluralismo, el debate libre y el diálogo abierto con el mundo.
Kristina Berg (1948-2012), viúda de Carlos Casares, fue la primera presidenta de la Fundación y se encargó, desde el primer momento, de velar por los objetivos fundacionales: