Años después de la muerte del escritor, la Universidad de Salamanca decide convertir la vivienda rectoral en Casa-Museo Unamuno, con el propósito de custodiar y difundir su legado, siendo inaugurada en 1953. Se incorporan a la Casa su biblioteca y archivo personales para uso de los investigadores. En cuanto al museo, se acondicionan las estancias básicas utilizadas en su día por la familia Unamuno con mobiliario y enseres familiares, así como con objetos personales y domésticos del autor, retratos y esculturas de artistas amigos de Miguel de Unamuno.
La Casa-Museo Unamuno se configura simultáneamente como un espacio museístico y como un centro de documentación e investigación, desde el que aproximarse a la figura de Miguel de Unamuno.